En medio de la rebelión de los carpinchos en el Nordelta y el debate urgente por la Ley Nacional de Humedales, en Córdoba avanza la creación de un nuevo Parque Nacional en la tierra de los flamencos.
Desde Córdoba venimos trabajando, continuando el camino trazado fundamentalmente por organizaciones ambientalistas como Aves Argentinas, para concretar la sanción de una Ley Provincial que ceda a favor del Estado Nacional la jurisdicción y dominio sobre un sector de los Bañados del Río Dulce y Laguna de Mar Chiquita, a los efectos de la creación del Parque Nacional Ansenuza y Reserva Nacional Ansenuza, uno de los humedales más importantes de Sudamérica.
El proyecto de ley propuesto identifica dos sectores a proteger, el sector de la laguna, donde aplica adecuadamente la categoría de Parque Nacional; y el sector norte de la misma, correspondiente a los bañados del Río Dulce -bajo uso productivo- como Reserva Nacional.
Este logro obtenido después de mucho trajinar, permitirá consolidar una unidad de conservación basada en un enfoque por Ecosistemas, que resulta un paradigma estratégico para la gestión integrada del territorio que incluye tierras, extensiones de agua y recursos vivos, promoviendo la conservación y utilización sostenible de modo equitativo, en consonancia con los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica aprobado por Ley Nacional Nº 24.375, al reconocer al ser humano y su cultura como parte integral de los ecosistemas.
Desde Córdoba venimos trabajando, continuando el camino trazado fundamentalmente por organizaciones ambientalistas como Aves Argentinas, para concretar la sanción de una Ley Provincial que ceda a favor del Estado Nacional la jurisdicción y dominio sobre un sector de los Bañados del Río Dulce y Laguna de Mar Chiquita, a los efectos de la creación del Parque Nacional Ansenuza y Reserva Nacional Ansenuza, uno de los humedales más importantes de Sudamérica.
El proyecto de ley propuesto identifica dos sectores a proteger, el sector de la laguna, donde aplica adecuadamente la categoría de Parque Nacional; y el sector norte de la misma, correspondiente a los bañados del Río Dulce -bajo uso productivo- como Reserva Nacional.
Este logro obtenido después de mucho trajinar, permitirá consolidar una unidad de conservación basada en un enfoque por Ecosistemas, que resulta un paradigma estratégico para la gestión integrada del territorio que incluye tierras, extensiones de agua y recursos vivos, promoviendo la conservación y utilización sostenible de modo equitativo, en consonancia con los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica aprobado por Ley Nacional Nº 24.375, al reconocer al ser humano y su cultura como parte integral de los ecosistemas.
Es oportuno puntualizar los principales valores de conservación del área del futuro Parque Nacional Ansenuza y de la Reserva Nacional Ansenuza:
– La Gradiente de Vegetación se distribuye desde el bosque chaqueño de llanura, situado al oeste, hasta el cauce permanente del Río Dulce, ubicado al Noreste de la misma. Contiene muestras de: pajonales, vegetación halófita, pastizales de inundación, bosque de inundación, arbustales de inundación, vegetación acuática palustre y bosques xerófilos.
– Un gran humedal de importancia continental, con la mayor cuenca endorreica de Sudamérica. Además, contiene el quinto lago salino endorreico más grande del mundo.
– Biodiversidad: asociada a sectores de la laguna, donde desembocan los ríos de agua dulce, y es donde se concentran diversas especies en distintas épocas del año. Son más de 450 especies de fauna, que incluyen gran variedad de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Muchas de las poblaciones de las especies incluidas en el área se encuentran bajo diferentes categorías de amenaza.
– Alta importancia para las aves playeras y migratorias: un gran número de aves playeras utilizan el área cada año. Es uno de los sitios de nidificación más importante para el flamenco austral (la población puede llegar a 285.000). Existen colonias de otras especies con más de 30.000 parejas (garcita bueyera, biguá, garza mora, garza blanca). El Phalaropus tricolor (falaropo tricolor) del hemisferio norte visita el área en invierno y puede llegar a 500.000 ejemplares.
– Servicios ecosistémicos: se destaca el rol de este ambiente en cuanto a su contribución en el control de inundaciones, la reposición de aguas subterráneas, retención de sedimentos y nutrientes, la depuración de aguas, regulación del clima regional, fijación de carbono, polinización, control de plagas, dispersión de semillas, ciclo de nutrientes, producción y sostenimiento de la biodiversidad, entre otros.
En el año 2002, dicha área fue designada Sitio RAMSAR, cumpliendo con los ocho criterios de la Convención, extremo que evidencia la riqueza e importancia de este gran humedal y del patrimonio natural y cultural que lo integran.
La propuesta consolida los esfuerzos de la Provincia, en materia de conservación de la biodiversidad y desarrollo sustentable de las poblaciones que habitan dicho espacio, toda vez que el futuro Parque Nacional Ansenuza y Reserva Nacional Ansenuza, conformarán una unidad de conservación junto a la Reserva de Usos Múltiples Provincial ya existente.
A estos antecedentes, se suma la necesidad de conservación a nivel nacional. Ello así, pues, es de destacar que la laguna Mar Chiquita es el fondo de drenaje de una cuenca endorreica, que nace en las provincias de Salta y Catamarca, atravesando parte de la provincia Tucumán y de la provincia de Santiago del Estero; y es por ello que, se requieren acuerdos, compromisos y medidas de alcance federal para asegurar su conservación.
Desde aquí avanzamos aportando un paso más a la larga lucha que viene dando todo el Socialismo nacional para conseguir la sanción de una Ley que proteja finalmente a los Humedales en la Argentina. Se estima que en los últimos 300 años se han destruido el 87% de los humedales del planeta y existe una clara falta de conciencia acerca de su rol clave como parte integral de los sistemas naturales que hacen posible la vida en la Tierra.
Hoy se pudo concretar la preservación sobre los Bañados del Río Dulce y Laguna de Mar Chiquita con un trabajo democrático y participativo en conjunto con las organizaciones, los técnicos y los distintos niveles del Estado. Entendemos que ese es el camino. No hay más margen. Es ahora.